
Ya no hay marcha atrás.
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Las pantallas han llegado para quedarse. En poco más de quince años han conquistado todos los ámbitos de nuestra vida: laboral, relacional, de ocio y entretenimiento, con un especial impacto en niños y jóvenes.
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El uso constante de pantallas, ya sea a través de teléfonos móviles, ordenadores o tablets, ha transformado profundamente la manera en que interactuamos con el mundo, afectando no solo nuestra capacidad de atención y comportamiento, sino también nuestra percepción de la realidad y nuestras relaciones sociales. Han sido muchos los avances, pero tienen un costo altísimo para nuestro cerebro y nuestra capacidad para concentrarnos.
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Diversos estudios han mostrado que la exposición prolongada a las pantallas puede afectar negativamente la capacidad de atención. La sobrecarga de información a la que estamos expuestos diariamente, junto con la constante necesidad de cambiar de tareas y responder a notificaciones, ha fomentado un entorno donde se prioriza la atención fragmentada. Esto no solo dificulta la capacidad de concentrarse en tareas prolongadas, sino que también afecta la memoria a corto plazo y la capacidad de realizar un pensamiento profundo y crítico. Un estudio de Microsoft reveló que el tiempo promedio de atención ha disminuido en la era digital, y que ahora es incluso más corto que el de un pez naranja, situándose en solo ocho segundos.
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Además, el comportamiento se ve alterado por la exposición constante a las pantallas. El uso excesivo de redes sociales y videojuegos, por ejemplo, ha sido vinculado con el aumento de la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental, especialmente en adolescentes y jóvenes. Estos medios pueden crear expectativas poco realistas sobre la vida y el éxito, alimentando un ciclo de comparación constante que puede llevar a sentimientos de insuficiencia y baja autoestima.
Estas charlas buscan concienciar sobre los peligros del uso excesivo de pantallas digitales y sus efectos en la salud mental, como el déficit de atención, la depresión y las adicciones. Fomentar un uso más equilibrado de la tecnología, promover hábitos saludables para mejorar la concentración y el bienestar emocional, y ofrecer estrategias para reducir la dependencia digital, creando así un entorno más consciente y saludable, siempre a través de ejemplos, anécdotas y curiosidades. Son charlas especialmente pensadas para personas interesadas en una relación saludable con las pantallas y para los profesionales que trabajen en contacto con jóvenes.
Duración/
1 hora y 30 minutos.
Público/
Adaptable a todas las edades.
Espacio/
Preferiblemente cerrado
y con sillas para todos los asistentes.
Apoyo/
La única herramienta que se usará
será la palabra hablada y algunas imágenes preparadas para la conferencia.
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Contenido/
Son charlas interactivas en las que, como sustento a la palabra hablada, se usan imágenes en las pantallas y objetos relacionados. Además, se pueden hacer dinámicas y test a los participantes.
DOSSIER



DATOS SOBRE LAS PANTALLAS PARA NO DORMIR
El uso excesivo de pantallas reduce la capacidad de atención en un 60% en jóvenes, según estudios de neurociencia.
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El 90% de los niños expuestos a más de 2 horas diarias de pantallas muestran alteraciones en su estructura cerebral, revelan investigaciones.
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El ‘doomscrolling’ nocturno afecta al 72% de los adultos jóvenes, incrementando el riesgo de insomnio en un 50%.
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El 47% de los adolescentes que pasan más de 5 horas al día en dispositivos electrónicos sufren de ansiedad o depresión, según un informe de salud mental.
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Un estudio muestra que el 60% de los usuarios de pantallas experimentan una reducción en la memoria a corto plazo y en la capacidad de procesamiento cognitivo.
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El 68% de los jóvenes entre 13 y 18 años reportan dificultades en la socialización y habilidades de comunicación debido al uso excesivo de pantallas.
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La fatiga ocular digital afecta al 65% de los usuarios de dispositivos electrónicos, con síntomas como visión borrosa y dolores de cabeza.
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El tiempo frente a la pantalla de más de 3 horas al día puede disminuir la capacidad de concentración sostenida en un 40%, según investigaciones recientes.
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El 56% de los empleados que realizan multitasking digital reportan una disminución en su eficiencia laboral, afectando su productividad en un 30%.
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El 83% de los niños que pasan más de 4 horas al día frente a pantallas muestran efectos negativos en su desarrollo emocional y cognitivo a largo plazo.
Estamos en un momento único. La invasión de las pantallas están cambiando nuestro cerebro, nuestro comportamiento y nuestra relación con el mundo: nos están convirtiendo en unos humanos nuevos.



Es crucial reconocer estos impactos y aprender a gestionar de manera efectiva nuestro tiempo frente a las pantallas para minimizar sus efectos negativos.